Datos personales

sábado, 1 de noviembre de 2014

-CARTA PARA MI NOVIO-

Hola mi vida, ¡cuánto tiempo sin escribirte y cuánto tiempo ha pasado desde que te conocí!
Aún me acuerdo cuando todavía no sabía nada de ti y te cotilleaba el twitter para conocerte más, para ver cómo eras. Cuando hablamos por primera vez, cuando me dedicaste el primer gol, cuando me dijiste por primera vez que te gustaba...
Todavía me acuerdo de cómo empezaron a brotar los sentimientos sin darnos cuenta, me acuerdo como si fuera ayer del momento en el que me di cuenta de que te quería para mí, de que me hacías falta. Fue ese momento en el que estuve a punto de perderte, un mes sin ti y me sentía cada día más vacía y, ¡tan sólo nos conocíamos de hacía unos meses! Ya sabes lo que dicen... "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", pero ¡oye!, que yo ya sí lo sé, así que no hace falta que te alejes nunca de mí.

En fin... Cuántos momentos e historias a tantos kilómetros, ¿verdad? Después de ese verano del 2013, el que me cambio la vida, vinieron los sentimientos más fuertes, donde tú luchabas por mí y yo contra mis sentimientos. Me acuerdo de esa lucha interna que tenía por dentro que decía: "Le quiero pero no puedo", y unos meses después pasé de ser tu no-novia a tu novia. ¿Te acuerdas? Yo sí, de las mil y una veces que nos decíamos no-novios y los dos deseábamos con toda el alma quitar ese no de delante...
¡Cuántas cosas tan maravillosas me has aportado, y cuántas nos quedan por vivir!, pero de esas ya hablaremos.
Recuerdo esa primera noche del quince de diciembre. Tú y yo hablando como de costumbre, el uno para el otro, y quién me diría a mí que esa noche quitaríamos ese no de delante. Bendita noche.
Una fecha casi tan inolvidable como lo eres tú, mi niño.

¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos? Yo también. Yo iba con mis pantalones negros, una camiseta blanca con una fotografía de una chica en banco y negro, mis vans negras y una camisa vaquera. Me acuerdo hasta del color de mis uñas de los pies, ¡cómo para no acordarme de ese día!
Cuando te vi supe que eras todo lo que necesitaba, me dije: "¡Uy, qué chico tan guapo!". Y entonces llegó nuestro primer abrazo y ese beso. Si te soy sincera ese beso dejó mucho que desear ¡eh!, pero fue el más bonito de todos los que te he dado y siempre será nuestro primer beso. 
Se te veía tan nervioso que me enamoraste aún más, y he de confesar que yo lo estaba también.
Y en ese momento empezó una semana de convivencia contigo que se convirtió en los mejores días de mi vida. Con enfados, reconciliaciones, besos, abrazos, piques, romanticismo, momentos no tan románticos (jeje), agua en mi cara... ejem ejem, promesas de meñiques, mimos, "piecitos", Pichus por allí y Pichus por allá... en resumen, momentos junto a ti que siempre recordaré.

Después de tanto vivido resumiría todo nuestro tiempo juntos en esos pequeños primeros momentos en los que te das cuenta de con quién quieres estar para siempre.
Porque lo nuestro no es un siempre cualquiera, es un 'hasta que la muerte nos separe'.

Te amo, XV.

No hay comentarios:

Publicar un comentario