-Buenos días mundo. [Me desperezo.] ¿Me haces un regalo hoy?
Me gustaría levantarme de la cama y encontrarme una rosa. Roja no. Blanca. Pura. Para escribir en ella como si fuese una página nueva. Una rosa dejada por alguien que piensa en mí y a quien todavía no conozco. Lo sé. Un contrasentido. Pero me hará sonreír. Me la llevaría ahí, donde fuera...
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